Sarampión
El sarampión es una infección viral que se contagia fácilmente, siendo una de las principales causas de muerte en niños pequeños. A pesar de la efectividad de la vacuna, el número de casos ha ido en aumento en los últimos años, pues algunos padres, en algunas regiones del mundo, tiene la creencia infundada que la vacuna puede causar alteraciones en los menores.
Causas
El sarampión es causado por un virus altamente contagioso de familia de los paramixovirus que crece en el moco de la nariz, la garganta y los pulmones.
La enfermedad es contagiosa incluso antes que se presente el salpullido característico y el virus puede dispersarse en el aire al toser, sonarse o hablar. También el virus puede permanecer vivo y activo por varias horas sobre las superficies con las que ha tenido contacto el portador.
Signos y síntomas
Los síntomas aparecen cerca de dos semanas después de haber estado expuesto al virus, e incluyen:
Erupción cutánea (brote) que inicia en la cabeza y desciende hacia el resto del cuerpo.
- Picazón.
- Fiebre.
- Tos seca.
- Ojos rojos.
- Producción excesiva de moco.
- Dolor de garganta.
- Sensibilidad a la luz.
- Dolor muscular.
Tratamiento
Una vez se ha adquirido la enfermedad, es poco lo que se puede hacer para curarla; en todo caso es mejor prevenirla por medio de la vacunación. En caso de personas que pueden estar en riesgo de contraer la enfermedad puede hacerse una inmunización con globulinas o por medio de la vacuna en las 72 horas posteriores a la exposición.
En personas con la enfermedad activa, el tratamiento incluye:
- Antipiréticos: Acetaminofén, Ibuprofeno o Naproxeno para reducir la fiebre.
- Antibióticos: El sarampión debilita el organismo y facilita el desarrollo de algunas infecciones bacterianas como la neumonía y la otitis; solo en estos casos el medico prescribirá los antibióticos indicados.
- Vitamina A: Reduce la severidad de la enfermedad.
Prevención
La mejor forma de prevenir el sarampión es la vacuna triple viral; esta protege contra el sarampión, la rubeola y las paperas y se suministra a los niños en dos dosis; la primera, entre los 12 y 15 meses de edad; y la segunda, entre los 4 y 6 años.
Los adultos que no han recibido la vacuna también deben ser vacunados. En caso de tratarse de mujeres embarazadas, debe practicase un examen de laboratorio para determinar si son inmunes o deben recibir la vacuna.Este procedimiento se realiza como parte del plan de atención de la mujer embarazada.
Para evitar el contagio es necesario que el paciente que desarrolla sarampión permanezca aislado. La enfermedad es contagiosa desde los cuatro días anteriores a la aparición de los síntomas, hasta cuatro días después de desarrollar el brote en la piel; durante ese periodo debe evitar el contacto con otras personas.
Consulte con el médico.
Bibliografía
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